
Pero ese año
1970 no sólo se transformaría en el año de su debut, sino que también lo
llevarían a convertirse en parte de la historia escrita con letras de fuego del club, puesto que el
plantel dirigido por Carlos Reinoso logró la mayor hazaña de un equipo
sanantonino, obtener un título a nivel profesional, puesto que el 19 de Julio
el club levantaría la Copa Isidro Corbinos en Coquimbo luego de ganar el primer
partido por 4 a 0 y el segundo perderlo por 1-2. La primera final fue inolvidable y la
recuerda así “Nos concentramos en el Hotel Continental en Cartagena… cuando
veníamos... estaba nervioso, en la plaza habían carretelas con personas que nos
acompañaban en el trayecto al estadio que era una inmensa multitud de gente lo
que me hacía estar nervioso y además tenía que marcar al “Canilla” Díaz, el que
fue preseleccionado Chileno, un puntero izquierdo rápido. Fue una actuación
redonda, una fiesta para el puerto de San Antonio, alegría para los pescadores,
estibadores, fuimos una máquina, le ganamos a un equipo que era profesional…nos
faltaba un partido pero habíamos ganado 4-0, súmele además que teníamos buena
banca”. Ese campeonato fue una
paradoja para Guillermo Pérez, puesto que todo el campeonato jugó como Amateur,
ya que así las bases lo permitían y en el campeonato del ascenso se
transformó en Profesional. “He sido el único jugador del San Antonio Unido
que he salido campeón siendo Amateur.”
En 1971 a
pesar de no haber hecho una gran temporada el equipo Porteño, para el “Cata”
fue especial, ese año sería el de su consagración, la llegada como técnico de
Luis Vidal “el Huacho” otrora lateral izquierdo de la Universidad Católica y
seleccionado Chileno en el sudamericano de 1941, significó para el
polifuncional alcanzar la capitanía del equipo compuesto en su mayoría con
gente de San Antonio y además se transformó en el primer sanantonino goleador
del equipo, puesto que ese honor se encontraba reservado para jugadores que
habían llegado desde otras latitudes del país.
Ese año alcanzaría a convertir 9 goles, reconocido por la revista
estadio al Cierre de esta temporada, un gran mérito considerando que el puesto
más avanzado fue de “6” “…Yo pasaba (la
mitad de la cancha) porque así sentía el futbol y tenía un entrenador me dio la libertad”. Especial recuerdo en esa temporada fue la
previa y el partido mismo que se jugó en San Luis de Quillota, “Nos
concentramos en el hotel de Las Cruces,
(los dirigentes) llevaron una maleta con Escudos (Moneda nacional en aquel
entonces) y nos pagaron como tres meses atrasados y el caballero nos dijo: No
tengo idea de futbol y les pedimos que por favor ganen o empaten” ese
día sería especial para el “Cata” quien
nos relatará lo que sucedió: “…El Charola
González (jugador de San Luis) se nos va
y 1 a 0…faltaban como ocho minutos y arranca el Perro Cicamois, además entra el
Chico Díaz y a mí me manda de “6”, el perro se mandó un jugadon extraordinario,
se eludió como a cinco gallos centro y yo voy corriendo y al punto penal la
coloco con la izquierda y se la clavo arriba al arquero y voy a buscar la
pelota altiro a la jugada siguiente aguanto a un jugador con las manos y veo
que Javier (Santibáñez) me hace la diagonal y se la envío entra y penal. Estaba
el estadio lleno, 45 minutos del segundo tiempo y siempre me acuerdo del Sapo
Acevedo cuando me dijo en Curicó Pégale igual que en el Balmaceda y lo tiro y
lo hago. En ese partido empezamos a subir porque íbamos últimos y nos ubicamos
igual en un lugar mediano en la tabla de posiciones”.
Ya en 1972,
“El Cata” ya era un jugador respetado en el medio nacional sus características
de hombre de quite y a la vez un gran habilitador lo transformaban en uno de
los mejores del torneo de ascenso. Ese año volvería nuevamente Carlos Reinoso
al club con el cual dos años antes había conseguido la Copa Isidro
Corbinos. Ese año fue una gran campaña,
varias fechas el Sau fue puntero y peleó codo a codo con Palestino que entre
sus filas se encontraba Rubén Marcos. “Ese campeonato no lo ganamos porque la
dirigencia de los equipos de Santiago pusieron la otra rueda es la única vez en
Chile que se han jugado tres ruedas en un campeonato…cuando yo hize el gol de
cabeza a Iberia de Los Angeles haya ahí debió haber terminado el campeonato y
haber sido campeones…ese años jugábamos con un 4-2-4 éramos el único equipo que
jugaba así”. Ese año se realizaban los martes del Ascenso y en un partido
bien especial, pues nació su hijo “El
Chichilo”, frente a Ferroviarios y luego de finalizado el partido tuvo el honor de recibir el premio al mejor jugador
del partido y recibirlo en manos de
nada más ni nada menos que de Don Julio Martínez Pradanos.
“El Cata
Pérez” no desmiente que tuvo ídolos en el mundo del futbol, entre ellos se
encuentra Leonel Sánchez quien lo enfrentó en Ferroviarios y otro fue Juan Soto
con quien tuvo una anécdota muy especial.
Resulta que cuando niño, una de los mayores pasatiempos era leer la
revista Barrabases. En uno de los capítulos, se lesionó el goleador Pirulete y
en su reemplazo llegó Juan Soto “El Niño Gol”, siempre estuvo en su mente aquel
capítulo. Hasta que en 1970, cuando
llega al SAU, se encuentra con Juanito Soto, un jugador experimentado quien
venía a concluir su carrera. En uno de
los tantos entrenamientos, el Cata tuvo que marcar a Soto, no le dio respiro en
ese partido y casi no tocó la pelota, pero cuando ya terminaba en
partido-entrenamiento, el Cata “canchereó” y “el niño gol” le puntea la pelota
y gol. “Juan Soto me tomó el hombro y me dice no se confíe nunca, así le hice
el gol a los brasileños en el Maracaná”.

Si bien su
carrera como profesional fue corta, su nombre será recordado como uno de los
máximos ídolos del futbol local, puesto que su nombre no solamente está
relacionado con la historia del San Antonio Unido, sino que también con el club
Atlético Balmaceda, el club de sus amores, con el cual gracias a su esfuerzo y perseverancia
y el de otros socios han logrado transformar a este club en uno de los grandes
a nivel Regional. “Cata” como le dicen
sus amigos es reconocido como un señor del futbol, un referente que el pueblo
de San Antonio no debe obviar y que este puerto siempre se lo agradecerá.
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